Uno de los días de
estancia en la isla lo dedicamos a visitar los pueblos de la Sierra de
Tramuntana. Por supuesto no los vimos todos, pero sí tres significativos.
Valldemossa
El pueblo es famoso
por su cartuja. Muestra una preciosa estampa cuando se accede a él desde Palma.
Una vez en él es una
delicia pasearse por sus coquetas calles y descubrir rincones encantadores.
Sóller
El pueblo en sí no
tiene gran cosa salvo su catedral. Pero sí tiene algo que nos atraía: un
tranvía que lo une con el puerto. Un paseo divertido y diferente.
Fornalutx
Para mí, con
diferencia, el más bonito. Tiene multitud de calles con encanto. Los vecinos
tienen sus puertas decoradas con macetas. Un contraste precioso de la piedra y
el verde.
El día lo terminamos
en la cala de Sa Calobra. Un broche de oro para un día muy intenso.
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