Siempre que vamos a
Benidorm me gusta ir una tarde a Altea. El casco antiguo es un precioso
laberinto de calles blancas que me encanta recorrer.
En la plaza se coloca
un mercado de artesanos. Este año estaba también en la plaza un grupo de jazz
tocando en vivo y en directo. El mirador al que se accede desde la plaza tiene
siempre caricaturistas con los que entretenerse un buen rato.
Altea tiene una gran
oferta en cuanto a restaurantes se refiere y todos y cada uno de ellos ofrecen
alguna terraza con encanto en la que cenar.
También se encuentran
muchas tiendas decoradas con gusto que proporcionan un cierto glamur al lugar.
Altea tiene todo el
sabor del Mediterráneo.
Detalle de una ventana |
La plaza de la iglesia |
Detalle de la cúpula de la iglesia |
Un rincón donde cenar |
Una de las muchas tiendas |
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